Por todos es sabido que la supervivencia alimenticia de todo buen estudiante se debe a su ingenio en la cocina, la falta de escrúpulos a la hora de probar las intrigantes creaciones que de nuestros fogones salen y de los Tápers de lentejas que nos manda nuestra madre.
Un ancestral instinto de doctor "Frankenstein" hace que nuestras mentes sean capaces de generar abominables pero deliciosos platos a base de horrendos experimentos a altas horas de la noche, aprovechando la energía de los rayos para dar vida a nuestras creaciones.
Por cuestiones del destino, no todo el mundo disfruta de este don divino y, año tras año, miles de universitarios sucumben a la inanición y mueren a base de collejas maternas por no saber alimentarse correctamente.
Si este es tu caso y además amas la carne (o no), nosotros podemos ayudarte...
-Paquito Tarantino-
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